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¿Pueden los sueños convertirse en realidad? Una pregunta de respuesta muy ambigua, pero absolutamente afirmativa para Dr. Karlhienz Lange, Adolf Fischer y Hanns-Peter Weisbarth. Estos tres alemanes fueron altos cargos de BMW desde mediados de los años 70 hasta los años 90. Fischer ideaba nuevos productos, mientras que Lange era uno de los máximos responsables de desarrollo de motores. Por su parte, Weisbarth estaba al cargo de los proyectos de la Serie 7 E32 y Serie 8 E31.
Un buen día decidieron reunirse para estudiar las posibilidades del propulsor M70, un 12 cilindros de cinco litros de cilindrada y 300 CV de potencia. De alguna manera, Lange quiso crear un Serie 7 rompedor, su idea era un motor de 16 cilindros en uve. En sólo seis meses, en Nochebuena de 1987, un 6.7 V16 estaba pasando diversas pruebas en un dinamómetro, en el más absoluto secreto nacía el 767iL. Para ubicarlo en el vano motor de la Serie 7 hubieron de llevarse acabo modificaciones importantes sobre la berlina.
Ya que el motor era 30 centímetros más largo que el M70 en que se basaba, no había espacio para sistemas de refrigeración. Aunque se quiso mantener el espíritu de un vehículo de producción fue necesario ubicar los radiadores en el maletero, para alimentarlos de aire se crearon unas amplias entradas en las aletas traseras. El aire sobrante se expulsa por una rejilla situada en el portón del maletero. Una solución ingeniosa que confería a este ejemplar único un aspecto ciertamente curioso.
Por lo demás todo permanece de serie, un profano no se daría cuenta de que está ante un coche muy especial. Otros cambios incluían una suspensión delantera modificada y una centralita electrónica Bosch DME que manejaba el motor como si de dos ocho cilindros en línea se tratase. La potencia desarrollada en conjunto crecía desde los 300 CV del 750i hasta unos impresionantes 408 CV de potencia a 5.200 rpm, cifras parecidas al actual 750i. El par máximo es de 625 Nm a sólo 3.900 rpm.
Acoplado a la caja de cambios de seis relaciones de un Serie 8, el 767iL aceleraba hasta los 100 km/h en 6.0 segundos y lograba una velocidad punta de 280 km/h. En el consumo de combustible estaba su talón de Aquiles, aunque a 120 km/h se conformaba con unos 12 l/100 km en ciudad se llegaban a los 17 litros. A una velocidad de crucero de 200 km/h, pensada para las Autobahn alemanas, hablamos de unos 20 l/100 km. Son cifras bastante pobres, pero es que no hablamos de precisamente un híbrido.
No resulta sorprendente que el coche no llegase a producirse en serie, la compañía no le dio el visto bueno puesto que era muy caro de producir y renunciaba a aspectos básicos como el maletero. La unidad de las imágenes tiene más de 20 años y con una puesta a punto podría volver a funcionar sin problemas. Es una pena que proyectos como estos no vean la luz del día, pero sería una pena aún mayor que no los llegásemos a conocer.
Entre otros BMW que no vieron la luz del día están los M5 E34 Convertible y M5 E39 Touring o el M8, basado en la Serie 8, del que algún día os contaremos su historia.
BMW 767iL
Vía: BMW Blog
Más información: Milk-Maid
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Publicado por VRedondoF para BMW S7 el 11/03/2009 04:20:00 PM