Ya ha pasado más de un año desde que el etiquetado europeo de neumáticos entrase en vigor, al menos de obligado cumplimiento, puesto que su implantación comenzó a llevarse a cabo incluso antes. Todos los neumáticos fabricados desde julio de 2012 deben presentar la correspondiente etiqueta homologada que establece cuán eficiente, seguro y sonoro es un neumático en base a tres parámetros asociados, respectivamente, a su resistencia a la rodadura, su distancia de frenado sobre mojado y la medición sonora en unas condiciones predefinidas.
A priori, la medida era tan buena como necesaria aunque, como ya apuntábamos hace dos años, quizás insuficiente para cumplir con las expectativas de los clientes y el elevado número de parámetros por los que podemos cuantificar la calidad de un neumático. En cualquier caso, como primera aproximación, era un avance realmente importante. Pero el problema al que se enfrenta la industria es bastante claro. Sin un control riguroso del cumplimiento de la normativa de etiquetado, todo este esfuerzo queda en agua de borrajas y salvo que la Administración Pública extreme la vigilancia y el cliente tome conciencia, no habrá servido de nada.
El fabricante es responsable del etiquetado y la administración debe velar por la verificación y riguroso cumplimiento de la normativa.
La Fundación CEA, del Comisariado Europeo del Automóvil, nos citaba durante estos días en la Comisión Europea en Madrid, lo más parecido a una embajada de la Unión Europea en España. Allí mismo nos presentaron un estudio en el que se analizaron las referencias de neumáticos ofertados por los fabricantes más importantes del mercado español, desde los considerados Premium (Bridgestone, Continental, Dunlop, Goodyear, Michelin y Pirelli) y los Medium (Firestone y Uniroyal), hasta los Low-Cost. Algunas marcas, hasta hace poco desconocidas, han logrado alcanzar niveles muy positivos en los parámetros de etiquetado. Aunque no podemos olvidarnos de que el responsable del etiquetado sigue siendo el mismo fabricante y que la responsabilidad última de que este se muestre, siempre, en los expositores de los talleres y en las facturas, recae en el propio distribuidor.
La responsabilidad de velar porque se cumpla la normativa debería ser ejercida por la administración pública.
Lo complicado no es ofrecer un neumático excelente en un parámetro, sino equilibrado en los tres parámetros y otros muchos que no aparecen reflejados en la etiqueta.
En un vistazo superficial a los resultados de este muestreo, ya podemos apreciar que la dificultad a la hora de desarrollar un neumático no reside precisamente en alcanzar una buena calificación en uno de los parámetros, por ejemplo sonoridad o baja resistencia a la rodadura. Lo realmente complicado es ofrecer un equilibrio de los tres parámetros identificados por el etiquetado de neumáticos, entre otras cosas porque hablamos de parámetros antagónicos, que exigen un esfuerzo elevado de I+D para que una mejora, por ejemplo, en resistencia a la rodadura, no perjudique la sonoridad o la distancia de frenado. Esa es precisamente la mayor dificultad para las marcas Low-Cost, en su mayoría recién llegadas de países asiáticos y sin tantos recursos en I+D. Según el estudio de CEA, el neumático perfecto es generalmente el más caro. Las premium son las únicas las que pueden alcanzar un buen equilibrio entre estos tres parámetros y otros muchos que aún no aparecen reflejados en el etiquetado.
No solo pienses en la calidad o valía de un neumático por su precio y su marca, tan importante como eso es elegir la gama que se adecua a nuestras necesidades.
Y por último recordaros que a la hora de elegir un neumático no solo es importante buscar un equilibrio de prestaciones, ese que habitualmente ofrecen, según este estudio del etiquetado de neumáticos, los fabricantes premium. Tan importante como eso, escoger un neumático acorde con nuestro coche, también con nuestros hábitos de conducción. Hay un neumático para cada conductor. Neumáticos más deportivos, más efectivos en seco o en mojado, pensados para conductores que siempre exigen las máximas prestaciones de su coche. También neumáticos muy ahorradores, para clientes de conducción tranquila, o incluso neumáticos muy silenciosos, ideales para vehículos de gama alta, híbridos y eléctricos, en los que la ausencia de sonido mecánico hace deseable la mínima rumurosidad. Incluso, hemos visto neumáticos específicos que buscan combinar ambas características. Por no hablar de aquellos de temporada (el neumático de invierno), mixtos para campo, neumáticos de carretera para SUV, incluso neumáticos de rendimiento deportivo para SUV…
Nunca antes había existido una oferta tan nutrida y variopinta de neumáticos. Tan amplia y compleja que el etiquetado de neumáticos se queda corto para reflejar las cualidades de un neumático, aunque ayude a tener una referencia de sus características. En última instancia, lo mejor es estar bien informado y también intentar estar bien asesorado y conocer los puntos fuertes y débiles de un neumático concreto, no solo pensar en este por su precio o la reputación de la marca.