Según algunos estudios uno de cada tres vehículos que circulan por Europa lo hacen con los neumáticos con presiones inferiores a lo que sería correcto según el fabricante. La consecuencia es una pérdida de propiedades (entre otras cosas aumenta la distancia de frenado) y también un consumo de combustible excesivo. Es por eso que la Unión Europea se puso manos a la obra y estableció la obligatoriedad de instalar sensores de presión en todos los vehículos que se fabriquen a partir de 2012.
El funcionamiento de estos dispositivos en la mayoría de los casos (no todos) se basa en un chip instalado en la superficie de la llanta que envía información al ordenador de a bordo mediante señales inalámbricas. El problema es que según investigadores de la Universidad de Rutgers y Carolina del Sur, estos dispositivos dejarían expuesto al sistema ante la mano maliciosa de hackers que podrían entrar y modificar la configuración del sistema y llegar incluso a desactivar los frenos o accionar el acelerador.
Los sensores de presión envían una señal cada 60-90 segundos y lo hacen con un identificador único que un informático malicioso podría descifrar con facilidad para rastrear un vehículo y modificar su configuración. Los investigadores emplearon un equipo informático de poco más de 1.200€ incluyendo sensores de radio y software de monitorización con el cual podían acceder al ordenador de a bordo y a la ECU desde un coche que, por ejemplo, se desplace junto a nosotros en un atasco.
En sus pruebas descubrieron que esta vulnerabilidad podría permitir que se activasen los frenos, se accionase la bocina, se activasen emergencias inexistentes o incluso se desactivase por completo la centralita electrónica. Me imagino que a raíz de esto los fabricantes tomarán cartas en el asunto y revisarán la seguridad del sistema de monitorización de neumáticos, algo que incorporarán todos los coches comercializados en Europa a partir de 2012.
Vía: Ars Technica | Menéame
--
Publicado por VRedondoF para TALLER el 8/12/2010 06:31:00 PM