Una de las principales novedades del Salón de Ginebra es en mi opinión el Rolls-Royce Phantom 102EX, tambien llamado Phantom Experimental Electric, o simplemente Phantom EE.
Se trata de una versión 100% eléctrica del buque insignia del mítico fabricante británico, y en palabras del propio CEO, supone un gran reto. Porque debe cumplir las expectativas del tipo de cliente de Rolls-Royce Phantom, muy exigente y conservador, además de amante de un superlujo que no debería empañar, sino mejorar la propulsión eléctrica.
Es un vehículo experimental y se ofrecerán varios test drive a clientes, medios y VIP, tras los que se extraerán conclusiones interesantes para una eventual producción en serie. El Phantom EE intentará resolver las incógnitas que se plantean sobre autonomía, fiabilidad y usabilidad en el mundo real, cuestiones que deberían estar respondidas para finales de 2011.
Conozcamos pues qué nos puede ofrecer uno de los vehículos más lujosos del mundo cuando deja los motores V12 y se pasa a los electrones.
En apariencia, nada cambia en su exterior, aunque si somos observadores nos recrearemos en la espectacular pintura Atlantic Chrome. Otro indicio de que no estamos ante un Phantom convencional es que el "Espíritu del Éxtasis" no es metálico, sino de makrolon y está retroiluminado en color azul. En el habitáculo se da un giro ecológico, reemplazando las inserciones de madera por aluminio y añadiendo un nuevo tinte vegetal al cuero.
La instrumentación se revisa y se añade un indicador de carga en la consola central.
Pero lo más importante está bajo la carrocería. El Phantom EE lleva dos motores eléctricos de 145 kW de potencia, uno para cada eje. La potencia combinada con tracción integral permanente es de 394 CV y está acompañada de 800 Nm de par motor, cifras similares a las del motor V12 atmosférico.
Por el peso añadido, el Phantom EE acelera de 0 a 100 km/h en unos 8 segundos (menos de 6 en la versión V12) y tiene la velocidad punta limitada a 160 km/h. Sólo cuenta con una marcha hacia delante, como los demás eléctricos.
La energía de los motores se extrae del que se cree el mayor rack de baterías jamás instalado en un vehículo de pasajeros. Con 71 kWh de capacidad conjunta – casi cuatro veces más que un Renault Fluence Z.E. – tiene dividido su almacenaje energético en cinco packs de 38 celdas, 36 celdas, 10 celdas, 8 celdas y 4 celdas. Las principales están bajo el capó. Su construcción interna se denominaNCM, y están compuestas por una mezcla de litio, níquel, cobalto y manganeso.
Permiten unos 200 km de autonomía eléctrica y requieren 20 horas de carga en un enchufe de 220 voltios u 8 horas si lo conectamos a una red trifásica. Como novedad, Rolls-Royce ha desarrollado un sistema de carga inalámbrica por inducción magnética, mediante unos paneles que se instalarían en el suelo del garaje (previamente conectados a una unidad de control de pared), transmitiendo la corriente a las baterías con un 90% de eficiencia sin necesidad de cables y una gran comodidad.
Por supuesto, siempre se ofrece el cable "de toda la vida". Su producción como os comentábamos, no es aún cierta, pero el proyecto promete, para un tipo de cliente que hará pocos kilómetros y recibirá una experiencia similar a las del sedoso motor V12.
Vía: Rolls-Royce
Rolls-Royce Phantom EE, el lujo eléctrico
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Publicado por VRedondoF para RR el 3/08/2011 06:23:00 AM