ALICANTE.-Ser el primer biplaza descapotable de BMW con techo duro escamoteable es suficiente acreditación como para pasar a la historia de los hitos de una marca en la que los hitos abundan. Si además de eso resulta que es uno de los primeros superdeportivos de la historia diseñado por dos mujeres y su dinámica de conducción le avala, empiezan a sumarse muchos datos que le hacen excepcional.Para los más impacientes especificaremos que llega a nuestro mercado en mayo con precios que van desde los 39.900 euros el Z4 sDrive 23i (204 CV), pasando por los 47.900 del 30i (258 CV) y que culminan con los 51.800 euros del 35i (306 CV), precios que no se nos antojan nada descompensados en la relación calidad precio.
Para empezar se observa un porte más juvenil y desenfadado que en los anteriores Z4 Roadster y Coupé de 2002.
Se presenta más atlético sin perder señas de identidad como la doble parrilla ovoide presidida por el logo en su frontal , el eterno capó, la larga distancia entre ejes y los bajos asientos pegados al eje trasero.
Claro que las nuevas (y mayores) medidas ayudan, pero la sensación de amplitud interior no sólo viene dada por haberle ganado 5 mm más hasta el techo, 20 mm en espacio de hombros o 43 mm a la altura de los codos.
Es una sensación de «horizonte amplio» al sentarse en el habitáculo, percepción que también procede de una mayor superficie acristalada (un 40% mayor por los lados y un 52% de luneta) o de poder pasar mejor a su interior ya que sus puertas se abren 2,6 mm. más para dejarnos entrar y salir con mayor comodidad. Su frontal es simpático y a la vez agresivo, agradable, irónico, incluso, si me lo permiten, hasta socarrón.
Claro y luminoso habitáculo, cómodos asientos que recogen bien el cuerpo, salpicadero orientado hacia el conductor, numerosos huecos portaobjetos… todo incita a ponerse cómodo.
En 20 segundos, siempre con el coche parado, quitamos el techo para descubrir que seguimos contando con un maletero suficiente de 180 litros -310 con techo- unas cifras más que respetables tratándose de un cabrio-coupé.
BMW sólo puso a disposición de la prensa en esta primera presentación la motorización más elevada, la 35i de 306 CV que cuenta (sólo en opción) con la caja deportiva de siete velocidades y doble embrague. En marcha sus posibilidades no paran de sorprendernos.
BMW ha logrado su intención de crear un roadster para el día a día, pero también para disfrutar. Desde la zona más tranquila y relajada del modo «normal», pasamos con un solo toque de botón a la «sport», con la que el coche adquiere su verdadera personalidad y que es la recomendable para cualquier tipo de conducción salvo la muy encerrada en la ciudad.
Este modo regula automáticamente el pedal de acelerador otorgándole mayor sensibilidad y rapidez a nuestras exigencias , la respuesta del DSC (sistema de estabilización), el control del motor y haciendo más directa la dirección, consiguiendo una conducción más viva y afinada pero sin que nadie tenga que asustarse.
Todavía tenemos una opción más, la «sport+», si queremos exprimir a fondo todas las posibilidades del coche y con la que se activa el DTC, un sistema de control de tracción que permite que el coche derrape algo en las curvas, pero de una forma controlada y que también adapta la dureza de la amortiguación si el coche monta (en opción) el chasis depotivo M.
Su excelente reparto de pesos (casi 50/50) y sus frenos de alto rendimiento son armas de mucho peso para enfrentarse a asfaltos de cualquier condición. Techado o en modo cabrio,el embriagador de su motor embriaga sin molestar y su capacidad de aceleración parece infinita.
Con estas características el Z4 te incita sin parar, entregándose a tu control y llevando sus límites cada vez más y más lejos, haciendo de la conducción un juego en el que sólo la capacidad del conductor y la legalidad se imponen.
Esa facilidad de manejo la otorga sobremanera la caja automática de siete velocidades probada, que con las levas en el volante o bien usándola en modo secuencial en la palanca es todo un placer. BMW afirma que la caja manual de serie de seis velocidades aporta unos recorridos muy cortos.
Pero la sencillez, rapidez y efectividad de la automática que mejora en casi medio litro de combustible la conducción manual (9,0 l/100 kkm frente a 9,4 l/100 km en modo manual) es insuperable en una conducción deportiva o simplemente pensando en la eficiencia y el medio ambiente. También hay en opción una caja automática deportiva de seis relaciones.
Los motores del Z4 sDrive:
BMW Z4 sDrive 23i:
Cilindrada: 2.497 c.c.
Potencia: 204 CV a 6.200 rpm
Par máximo: 250 Nm a 2.590 rpm
Aceleración 0-100 km/h: 6,6 segundos (caja aut. 7 vel: 7,3 s.)
Velocidad máx: 242 km/h
Consumo promedio UE: 8,5 l/100km (c.a. 8,2 l/100km)
CO2: 199 g/km (c.a.192 g/km)
BMW Z4 sDrive30i:
Cilindrada: 2.996 c.c.
Potencia: 258 CV a 6.600 rpm
Par máximo: 310 Nm a 2.750 rpm
Aceleración 0-100 km/h: 5,8 segundos (caja aut.dep.: 6,1 s.)
Velocidad máx: 250 km/h
Consumo promedio UE: 8,5 l/100km (c.a. 8,3 l/100km)
CO2: 199 g/km (c.a.195 g/km)
BMW Z4 sDrive35i:
Cilindrada: 2.979 c.c.
Potencia: 306 CV a 5.800 rpm
Par máximo: 400 Nm desde 1.300 hasta 5.000 rpm
Aceleración 0-100 km/h: 5,2 segundos (caja aut. Dep. 7 vel: 5,1 s.)
Velocidad máx: 250 km/h
Consumo promedio UE: 9,4 l/100km (c.a. d. 7 v: 9,0 l/100km)
CO2: 219 g/km (c.a. 210 g/km)